Para ahuyentar a los vampiros


¿Sabías que en Europa, alrededor de los siglos XV y XVL la gente creía en la existencia de vampiros y dado que la sola idea de tener que lidiar con uno de ellos les parecía aterradora, hacían cualquier cosa para mantenerlos alejados de sus hogares?

Por ejemplo cuando una persona moría por causas que resultaban sospechosas, la gente acostumbraba colocar antorchas y velas en todo el salón donde el cuerpo era velado; también colocaban ajo en todas las puertas, ventanas e incluso en los establos para prevenir que el vampiro pudiera atacar a cualquier miembro de la familia o a sus animales.

También se pensaba que la luz de la luna era una fuente de energía capaz de reanimar el cuerpo y convertirlo en un vampiro, así que durante el funeral las ventanas permanecían cerradas para evitar que los rayos de luna volvieran a la vida al familiar muerto.

Algunos creían que ciertos animales, como los gatos, representaban un peligro para el cuerpo y podían convertirlo en vampiro; así que mientras era velado se aseguraban de mantener a cualquier gato alejado del ataúd.

Por último, los espejos representaban también un peligro ya que se tenía la idea de atrapaba el alma del difunto que después regresaba a atacar a los familiares, por ello, durante el funeral cualquier espejo era cubierto con una sábana o colocado contra la pared.


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