Considerada la más negra de todas las artes mágicas malvadas, la nigromancia proviene del latin necromantia que a su vez se deriva del griego νεκρομαντία donde nekros significa muerte y manteía, adivinación o profecía, es decir, adivinación a través de la muerte.
La nigromancia es la práctica que se encarga del control de los muertos y de la adivinación a través de la consulta e invocación a los seres del inframundo con el único fin de obtener mayor conocimiento y conocer el futuro; dado que el nigromante acude a entes conocidos como espíritus operativos o espíritus de adivinación para conocer el futuro, está práctica se relaciona más con los shamanes que con los brujos.
El nigromante es entonces un tipo de hechicero especializado en esta práctica, que tiene la capacidad no sólo de ver el mundo de los muertos, también puede reanimarlos (conocidos comúnmente como zombies) y ser su amo; para ello suelen profanar tumbas o invocar a los muertos a través de pociones que contienen la sangre los muertos mezclada con hierbas.
Actualmente la nigromancia es practicada en religiones de origen africano como el Vudú y la Santería.