¿Sabías que es gracias a un antiguo Rey de Arcadia que debemos el origen de la leyenda del hombre lobo?
De acuerdo con el Libro I de la La Metamorfosis, escrita por el poeta romano Ovidio, Licaón, un antiguo Rey de Arcadia, fundó la Ciudad de Licosura (una de las ciudades griegas más antiguas) y llevó a sus ciudadanos a la prosperidad. Se dice que ahí erigió un templo en honor al Dios Zeus; desafortunadamente, su devoción religiosa llegaba a tal extremo que pronto comenzó a realizar sacrificios humanos, donde las víctimas no eran sólo esclavos, sino también sus propios huéspedes e invitados especiales.
Cuando Zeus se enteró de que Licaón estaba violando la ley de hospitalidad, decidió visitarlo y ponerlo a prueba; cuando llegó al hogar de Licaón, éste advirtió inmediatamente algunas señales que le hicieron pensar que podría tratarse realmente de una divinidad griega, así que antes de hacer lo mismo que hacía con el resto de sus visitas (es decir, asesinarlo y ofrendarlo en el templo de Zeus) decidió comprobar sus sospechas, por lo cual, durante la cena le ofreció de cenar a uno de sus esclavos. Ante esto Zeus se puso furioso y en castigo convirtió a Licaón en un lobo y con su rayo incendió el palacio para que no quedara huella de tanta maldad.
Sin embargo, la historia no termina aquí, pues Ovidio también decía que Licaón tuvo una gran descendencia (cerca de 50 hijos procreados con diferentes mujeres), estos hijos eran aún más crueles que el padre, de hecho, asesinaron a Níctimo, su propio hermano; así que Zeus decidió tomar nuevamente cartas en el asunto, en esta ocasión se vistió de mendigo y se dirigió al palacio de los licaónidas quienes le sirvieron las entrañas de su hermano. Como era de esperarse, Zeus montó nuevamente en cólera y como castigo también convirtió a los hijos de Licaón en lobos. Algunas otras versiones señalan que éstos lograron huir y desperdigarse por diferentes ciudades griegas.

Sin embargo, la historia no termina aquí, pues Ovidio también decía que Licaón tuvo una gran descendencia (cerca de 50 hijos procreados con diferentes mujeres), estos hijos eran aún más crueles que el padre, de hecho, asesinaron a Níctimo, su propio hermano; así que Zeus decidió tomar nuevamente cartas en el asunto, en esta ocasión se vistió de mendigo y se dirigió al palacio de los licaónidas quienes le sirvieron las entrañas de su hermano. Como era de esperarse, Zeus montó nuevamente en cólera y como castigo también convirtió a los hijos de Licaón en lobos. Algunas otras versiones señalan que éstos lograron huir y desperdigarse por diferentes ciudades griegas.
Es muy probable pues que la palabra licantropía se origine en la leyenda del Rey Licaón y con éste la leyenda de los hombres lobo, tan extendida en toda Europa y en el Norte de América. Por otro lado, el hecho de que las lupercales se relacionen con los lobos y con el macho cabrío (identificado ya en el cristianismo con Satanás) explicaría en gran medida que el hombre lobo como tal comenzara a ser visto como un ser malvado que se alimenta de carne humana.